domingo, 16 de junio de 2013

¿Amor?¿Intoxicación?

   

 
 
Una de las condiciones de poder establecer si estamos en una relación tóxica, se refiere a la sensación de que es necesario desdibujarse como persona para que el otro esté contento y no provocar conflictos en la relación. Ceder a los deseos del otro todo el tiempo, con tal de no provocar problemas y en aras de la paz y la armonía del vínculo. Desdibujarse, quiere decir no contar. No contar, significa que tus intereses y necesidades no están siendo resultas, y por el contrario, cada momento necesitas emprender más acciones para no verte, para no brillar, para no ser vista , y de esta manera creer, que todo irá bien.
 
La realidad es que no se puede sacar nada provechoso de estos amores, a veces mal comprendidos, si tu relación en pareja te mantiene más en la dependencia, tristeza, temor, sacrificio, seguramente no va a cambiar, hasta que emprendas acciones diferentes en tu manera de valorar tu propia estima. De lo contrario, continuarás minando tu autoestima y tu valor personal. Si tu pareja no te permite ser como eres y necesitas renunciar a ti, seguramente estás muy, muy intoxicada en tu relación.
¿Realmente deseas una vida con esa calidad emocional, en la que requieres renunciar a ser tú, para darle gusto a tu pareja? En situaciones en la que la pareja te lastima, te hace sentir inferior, no atiende o no aprecia tus necesidades, tus gustos, tus ganas y no comparte tus proyectos, ni se toma la molestia por saber cómo te sientes… Tus sentimientos están permanentemente llenos de ira, de culpa, de tristeza y de desolación.
 
Conviene preguntarnos ¿Vale la pena continuar con un vínculo que nos acaba hasta con las ganas de vivir? ¿Pero qué es aquello que nos lleva a establecer vínculos en los que lejos de alimentarme y enriquecerme como persona me intoxican?
  • Baja autoestima y un pobre concepto de mí misma: Cuando ponemos todo nuestro valor en el amor, aprecio y atenciones de nuestra pareja, seguramente vamos a vivir una relación de estas condiciones. Así que primero yo y luego los demás, y mi pareja también.

  • Olvidarnos para siempre de nuestras fantasías de rescate: La persona que hemos elegido como pareja, va a cambiar, sí lo desea, sí quiere, y sí está, dispuesto o dispuesta a hacerlo. Yo no puedo hacer nada para que el otro se salve. Pero sí puedo hacer mucho por mí.

  • Dejar de asumir el rol de víctimas: Para que todo marche bien se necesitan dos y no sólo de mi sacrificio. Tal vez, sí me sigo sacrificando las cosas nunca mejoraran, ya que trabajo más para el otro, que para mí misma.

  • El miedo a la soledad en pareja: Estar en compañía, saber que tenemos una pareja independientemente de la manera en la que la tenemos. Solas no, mejor acompañadas no se cuál sea el precio que tengo que pagar. Nadie en mi familia y en mis amigas o amigos, se encuentra sola/o, lo mejor es la vida en pareja, no importa el precio.

  • Necesito sentirme querida y apreciada por mi pareja: Cuando representa una necesidad obsesiva de alimentar el amor, quiere decir que no me aprecio lo suficiente, y sí mi pareja no me lo da, caigo en el abandono, desesperanza y tristeza. Primero necesito sentirme querida por mí, , y luego, muy luego, entregarme a otro, para que aprecie, lo que yo aprecio de mí.

  • La necesidad de cumplir con un rol social: Estar en pareja, estar acompañada, no vivir sola. Si nuestra vida y nuestro estar en el mundo depende del rol que jugamos, seguramente estaremos muy identificadas con lo que los demás piensen o crean de nosotras mismas.

  • El temor o el miedo al éxito o al fracaso: Aunque parezcan diferentes, parece que son iguales, no nos atrevemos a cambiar, o hacer cosas diferentes, porque tal vez, triunfaremos, o quizá fracasaremos, lo cual habla de una dependencia a las circunstancias, aún cuando éstas, no nos convengan…


Consultado: junio 2013 en http://ezisildu.blog.euskadi.net/?p=698

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